La buena gestión de la calidad del agua asegura una buena capacidad de pesca en el lago o laguna.
A menudo, el sedimento acumulado durante años de actividad produce fenómenos degenerativos que impiden a los peces la realización de sus actividades de forma eficiente (comer, nadar, resistencia a la captura).
Las altas concentraciones de nutrientes aumentan el crecimiento de algas que reducen la concentración de oxígeno y, al morir y descomponerse en el fondo, alimentan la columna de agua con nuevos nutrientes, perpetuándose así el círculo vicioso.
Utilizar productos químicos, produce daños permanentes en el ecosistema y en los peces, creando problemas a mediano y largo plazo. El uso de bioactivadores mejora la calidad de agua y de los sedimentos, elimina factores de estrés para los peces, aumenta la disponibilidad de oxígeno y mejora la capacidad de pesca.